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No, no puedes mentirle a tu junta directiva

Fuimos bendecidos (o malditos) con la madre de todos los dramas de las startups cuando Sam Altman fue expulsado de la cima de la startup multimillonaria OpenAI. ¿Cómo sabemos que hubo un gran drama? Incluso apareción en Vanity Fair.

No hemos estado ninguno en las reuniones de la junta directiva de OpenAI, así que Dios sabe lo que pasó en ellas. Sin embargo, un detalle que sigue llamando la atenciónfue la nota de que Altman «no era consistentemente sincero en sus comunicaciones con la junta». Esto llama la atención, porque si hay algo que se aprende de las startups en desarrollo es que hay que ser directo y honesto con la junta directiva.

Las malas noticias, en particular, deben llegar rápidamente a la junta por muchas razones. Algunas de ellas suenan francamente tediosas ( por ejemplo, deberes fiduciarios), pero son muy serias. No tenemos ningún conocimiento interno de OpenAI o Sam Altman y no sirva este artículo para poner en duda que cualquier haya mentido, pero si sirve para recuperar una antigua lección bastante buena que los fundadores deben aprender de toda esta palabrería.

Las empresas emergentes tienen la reputación de moverse rápido y romper la normalidad establecida, pero esa reputación generalmente no se extiende a la sala de juntas. La relación entre los líderes y su junta directiva es un componente crítico de la historia de éxito de una empresa. ¿La regla de oro de esta relación? Honestidad.

No, no se le puede mentir a la junta directiva. No sólo es poco ético, sino que también tiene implicaciones de gran alcance para el negocio, el equipo y, en última instancia, la propia credibilidad.

La naturaleza de la relación fundador-junta es única. A diferencia de la dinámica tradicional entre empleador y empleado, ésta se parece más a una asociación en la que la junta no es solo un grupo de supervisores, sino más bien un equipo de personas con experiencia que están ahí para guiar, orientar y apoyar a los fundadores en su viaje.

A medida que el panorama de las startups se vuelve más competitivo, lo que está en juego aumenta y el margen de error se reduce; Mantener una relación transparente con la junta directiva se vuelve primordial. La honestidad fomenta la confianza, facilita una mejor toma de decisiones y, en última instancia, promueve la longevidad y el éxito del negocio.

El engaño, por otro lado, puede incendiar la confianza. Mentirle a la junta directiva no sólo daña esta valiosa relación, sino que también podría poner en riesgo a toda la empresa.

Viene al caso lo que pasó con Theranos. Su fundadora, Elizabeth Holmes, prometió a sus inversores y a su junta directiva que la empresa revolucionaría los análisis de sangre a través de su tecnología, que resultó ser completamente falsa. La verdad finalmente salió a la luz y Holmes se encuentra actualmente en prisión después de haber sido declarado culpable de engañar a los inversores sobre la tecnología de la empresa.

Fomentar la transparencia no se trata sólo de evitar el engaño; se trata de participar activamente en una comunicación abierta y honesta. Retrasar la entrega de malas noticias a la junta, tergiversar la verdad o simplemente decir noticias parciales no gana premios. Las ramificaciones dependen de las circunstancias de la mentira, incluida su naturaleza, intención e impacto, pero podrían variar desde acciones legales hasta despido, multas e incluso escrutinio regulatorio y acciones por parte de los accionistas de la empresa.

El error más grave que se puede cometer es ser deshonesto con los informes financieros. Tergiversar las finanzas es un juego peligroso que rompe la confianza y puede llevar fácilmente a los fundadores a problemas legales. Eso también fluye hacia arriba: los socios comanditarios de los inversionistas (es decir, las personas que invirtieron en los capitalistas de riesgo) no se alegrarán al descubrir que los socios generales a quienes confiaron su dinero eligieron confiar en las personas equivocadas.

Entonces, ¿qué hacer para estar a la vanguardia en todo?

Las actualizaciones periódicas son un buen comienzo. Ya sea a través de una actualización mensual o de reuniones periódicas de la junta directiva, mantener a la junta informada sobre el progreso, los desafíos y los planes de la empresa ayuda a crear una cultura de transparencia. También es una oportunidad para que los fundadores aprovechen la sabiduría colectiva de la junta directiva y obtengan conocimientos valiosos.

Las reuniones de la junta directiva no son lugar para sorpresas: los mejores directores ejecutivos transmiten cualquier revelación importante a cada uno de los miembros de la junta con anticipación para mantener la reunión de la junta enfocada en aprovechar su experiencia y consejos para encontrar soluciones.

Como cualquier relación, puede ser muy decepcionante tener que compartir noticias duras, desafortunadas o sorprendentes. Pero las relaciones en las que las malas noticias permanecen ocultas no duran. Aprender a gestionar una junta directiva es una habilidad compleja que los fundadores de startups deben desarrollar independientemente de todo lo demás que tienen que hacer, pero vale la pena adquirirla a lo largo del camino.

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