Visa ha adquirido la startup brasileña de infraestructura de pagos Pismo por mil millones de dólares en lo que probablemente sea uno de los acuerdos de fusiones y adquisiciones de fintech más grandes que se hayan llevado a cabo este año hasta el momento.
Fundada en 2016 por Juliana Motta (CPO), Ricardo Josua (CEO), Daniela Binatti (CTO) y Marcelo Parise (VP de ingeniería), con sede en São Paulo Pismo ha acumulado una lista de clientes de renombre, incluidos Citi, Itaú (uno de los bancos más grandes de Brasil), Revolut, N26, Nubank y Cora. La startup procesa casi 50.000 millones de llamadas API, $40.000 millones en volúmenes de transacciones al año, y gestiona casi 80 millones de cuentas y más de 40 millones de tarjetas emitidas.
En el contexto del crecimiento explosivo que ha vivido Pismo, a principios de 2021, estaba haciendo menos de mil millones de dólares al mes en volumen de transacciones, según Josua y había terminado 2020 con menos de 10 millones de cuentas en total.
Con el tiempo, Pismo se ha expandido fuera de su país de origen y ahora también opera en varios países de América Latina, incluidos México y Chile, así como en EEUU y Europa. La startup también tiene algunos clientes en India, el sudeste asiático y Australia.
La plataforma de procesamiento de emisores y finanzas centralizadas nativa de la nube de Pismo tiene como objetivo brindar a los bancos, fintechs y otras instituciones financieras «flexibilidad y agilidad». Ese es el objetico que trasladó al mercado cuando recaudó $108 millones en fondos de la Serie B en octubre de 2021. Ofrece servicios como como permitir a los clientes lanzar productos para tarjetas y pagos, banca digital, billeteras digitales y mercados. Pismo también afirma que las instituciones financieras «se hacen cargo de sus datos principales y los utilicen de manera inteligente» si así lo requieren.
Visa argumentó que al adquirir Pismo, «se posicionará para proporcionar capacidades de procesamiento de emisores y banca central a través de tarjetas de débito, prepago, crédito y comerciales para clientes a través de APIs nativas en la nube». La plataforma de la startup también permitirá a Visa brindar soporte y conectividad para esquemas de pago emergentes, como Pix en Brasil, y para clientes de instituciones financieras.
“A través de la adquisición de Pismo, Visa puede servir mejor a nuestra institución financiera y clientes fintech con soluciones de emisores más diferenciadas que pueden ofrecer a sus clientes”, dijo Jack Forestell, director de productos y estrategia de Visa. El trato, que está sujeto a aprobaciones regulatorias y otras condiciones de cierre habituales, está programado para cerrarse a finales de año. Pismo conservará su equipo directivo actual, que permanecerá en São Paulo.
SoftBank, el gigante del comercio electrónico Amazon y la empresa de riesgo Accel con sede en Silicon Valley codirigieron el aumento de la Serie B de la startup. Falabella Ventures, PruVen y los patrocinadores existentes Redpoint Ventures y Headline también participaron en el financiamiento, lo que elevó el financiamiento total recaudado de Pismo a $118 millones. La compañía no compartió su valoración, pero el socio de Accel, Ethan Choi, aseguró que el precio de venta era «un múltiplo muy estratégico».
Como negocio de SaaS, Pismo se benefició económicamente cobrando tarifas por transacción. Cobra por cuenta activa, por lo que los precios disminuyen en función del volumen. En otras palabras, cuantos más usuarios tiene un cliente, menos paga por cuenta.
Josua dijo: “En Pismo, nuestro objetivo es permitir que nuestros clientes lancen pagos y productos bancarios de vanguardia dentro de una única plataforma nativa de la nube, independientemente de los esquemas, la geografía o la moneda. Visa nos brinda un apoyo inigualable para expandir nuestra huella a nivel mundial y ayudar a dar forma a una nueva era para la banca y los pagos”.
Según los informes, Visa era solo una de varias empresas que pujaban por la puesta en marcha, que no buscaba ser adquirida, ni siquiera recaudar fondos, según Choi.
«Pismo no estaba en lanzando un proceso de venta o ampliación» dijo. Además la transacción que representa «uno de los acuerdos fintech transfronterizos más grandes acontecidos en LatAm», y Choi cree que también es «un ejemplo de una red global de tarjetas que decide que les gustaría acercarse a los bancos y las instituciones financieras con las que trabajan», brindándoles servicios bancarios centrales y de emisión de tarjetas, además de sus modelos de tarjetas de crédito y débito”.
Agregó: «Hay muchas sinergias para poder vender estas API realmente críticas a sus clientes de instituciones financieras existentes».
No es la primera obra de infraestructura por parte de Visa. En marzo de 2022, cerró la adquisición de Tink por 2.150 millones de dólares, una startup fintech líder en Europa centrada en interfaces de programación de aplicaciones de OpenBanking.
El gigante de las tarjetas de crédito también abandonó su adquisición planificada de $5.3 mil millones de plaid.com una popular startup de OpenBanking con sede en EE.UU., al tener que cancelar la adquisición tras de toparse con un muro regulatorio.
Sin duda, el hecho de que Visa recoja a Pismo es una especie de golpe para toda la región de América Latina, que vio un aumento en los inversores globales que invirtieron capital en la región en 2021 y un algo de retroceso desde entonces. También es una historia de vuelta, considerando que en 2019, Pismo se estaba quedando sin el efectivo que había recaudado en una ronda inicial de $900,000 en 2016. De hecho, las cosas eran tan graves que Binatti y Parise incluso vendieron su único automóvil para financiar las operaciones de Pismo. Ahora los poco más de 400 trabajadores de la empresa se convertirán en empleados de Visa.
El acuerdo también marca la segunda vez que Accel compra una empresa de infraestructura financiera que terminó siendo adquirida poco después. En 2020, la plataforma de servicios financieros para el consumidor SoFi anunció que estaba adquiriendo una empresa de infraestructura de pagos y cuentas bancarias, Galileo por $1.2 mil millones en efectivo y acciones. Esa compañía se fundó en 2000 y comenzó a ser rentable antes de que Accel le emitiera un cheque Serie A de $77 millones en 2019.
