La transformación digital tiene no pocos retos a los que enfrentarse en las organizaciones. Se suele argumentar que se necesita que el mercado, las personas o clientes, adopten la tecnología o nuevos hábitos para poder entonces realmente transformarnos. La realidad es que la falta de capacidad transformadora es parte de las mismas organizaciones.
En las empresas, a medida que aumenta el tamaño de la organización, proliferan personas con el título «transformación» en el organigrama. Estas personas están situadas en todos los estratos y departamentos. En general, todos estos cargos suelen tener en común varios de estos factores:
- Falta de visión holística
- Falta de conocimientos técnicos
- Lugares comunes visitados solo en forma de «títulos» sin conocimiento de lo que significan: colaboración, big data, devops, APIs, cliente en el centro, empoderamiento,…
- Falta de capacidad de ejecución
- Falta de constancia
- Sin KPIs de medición de resultados
- …
Para hacer más ameno el conjunto de frenos o impedimentos, se presentan aquí en forma de diferentes estratos:
Medioambiental
Reino Animal
- Hipopótamo – HiPPO (Highest Paid Person’s Opinion)
- Rinoceronte – RHiNO (Really HIgh-value New Opportunity)
- Cebra – ZEBRA (Zero Evidence But Really Arrogant)
- Lobo – WoLF (Works on Latest Fire)
- El frailecillo – (PUFFIN – Plans unending feature factory initiatives)
- Yak – YaK (Yet another KPI)
- El gestor «Gaviota» – Seagull
Reino vegetal
