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SpaceX y la NASA han firmado un nuevo acuerdo para estudiar la viabilidad de enviar una tripulación comercial en un SpaceX Dragon para impulsar la órbita del telescopio espacial Hubble. Si se completa, la misión podría extender la vida útil operativa del telescopio hasta en 20 años.
Los funcionarios de la NASA advirtieron que la noticia no es un anuncio de misión. Por ahora, es solo un estudio de factibilidad para considerar si tal misión es sensata, dadas las limitaciones técnicas y de otro tipo. Pero aparentemente la misión fue idea de SpaceX y, por alguna razón, ellos (y su socio, el Programa Polaris de Jared Isaacman) quieren que los humanos participen.
El acuerdo comienza a tener más sentido con el reconocimiento de la NASA de que la misión, si sigue adelante, no tendrá costo alguno para el gobierno. La NASA y SpaceX también están financiando su participación en el estudio, dijo la Dirección de Misión Científica de la NASA, Thomas Zurbuchen, durante una conferencia de prensa, aunque no especificó cuánto costará el estudio.
Uno de los objetivos principales del estudio de viabilidad de seis meses es explorar cómo una cápsula Dragon tripulada, posible bajo la égida de una misión del Programa Polaris, podría encontrarse y acoplarse con seguridad al Hubble, y luego impulsar el telescopio espacial Hubble a una órbita más alta. Si bien SpaceX tiene mucha experiencia en el acoplamiento con la Estación Espacial Internacional, la vicepresidenta de operaciones e integración de clientes de SpaceX, Jessica Jensen, reconoció que Hubble representa un desafío completamente diferente.
Parece probable que la misión sea parte del Programa Polaris, un programa de vuelo espacial privado encabezado por Jared Isaacman, el multimillonario que voló al espacio en la misión Inspiration4. Se estimó que esa misión, que se llevó a cabo en asociación con SpaceX, costó menos de $ 200 millones. Isaacman, que hizo su fortuna con la empresa de procesamiento de pagos Shift4 Payments, pagó la factura.
La noticia es notable no solo como la última señal de que la agencia espacial está recurriendo cada vez más a asociaciones comerciales para ejecutar misiones esenciales. También muestra que la NASA está teóricamente abierta a trabajar con tripulaciones privadas que no sean astronautas.
