Fundadores e Inversores
OpenAI está pidiendo a Meta que presente pruebas relacionadas con cualquier plan coordinado con Elon Musk y su empresa xAI para adquirir o invertir en el creador de ChatGPT. La solicitud se hizo pública en un breve documento judicial presentado el jueves en el marco de la demanda en curso de Elon Musk contra OpenAI.
Los abogados de OpenAI afirman que citaron a Meta en junio para obtener documentos relacionados con su posible participación en la oferta no solicitada de 97.000 millones de dólares que Musk realizó para adquirir la startup en febrero. Aunque OpenAI finalmente rechazó la oferta, sus abogados ahora buscan una orden judicial para forzar la entrega de pruebas, afirmando que han descubierto comunicaciones entre Musk y el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, sobre la oferta.
El origen del conflicto: la historia de Musk contra su creación
Para entender esta maniobra legal, es crucial conocer la tumultuosa historia entre Elon Musk y OpenAI. Musk fue uno de los cofundadores de OpenAI en 2015, concebida originalmente como una organización sin ánimo de lucro con la misión de desarrollar una inteligencia artificial general (AGI) de forma segura y en beneficio de la humanidad.
Hitos de una Relación Rota
2015 | Musk co-funda OpenAI como un laboratorio de investigación sin ánimo de lucro para contrarrestar el poder de Google en IA. |
2018 | Musk abandona la junta directiva de OpenAI por desacuerdos sobre la dirección y la estrategia de seguridad de la organización. |
2019 | OpenAI crea una nueva estructura de «beneficio limitado» (capped-profit) y recibe una inversión de 1.000 millones de dólares de Microsoft, un movimiento que Musk considera una traición a la misión original. |
2023 | Tras el éxito explosivo de ChatGPT, Musk funda xAI como un competidor directo con el objetivo de «entender la verdadera naturaleza del universo». |
2024 | Musk presenta una demanda formal contra OpenAI, acusando a la compañía y a su CEO, Sam Altman, de violar el acuerdo fundacional al priorizar el beneficio sobre el bien de la humanidad. |
La actual solicitud de OpenAI a Meta es una contramedida dentro de esta demanda, buscando demostrar que la oferta de adquisición de Musk podría no haber sido un acto solitario, sino parte de una estrategia más amplia coordinada con un competidor directo.
La postura de Meta y el trasfondo de la competencia
Meta se opuso a la citación inicial en julio. Sus abogados argumentan que Musk y xAI son quienes pueden proporcionar la información relevante, y que las discusiones internas de Meta sobre la reestructuración de OpenAI no son pertinentes para el caso. Andy Stone, portavoz de Meta, dirigió la atención a una sección del documento que establece que ni Meta ni Zuckerberg firmaron la carta de intención de Musk.
En el fondo de esta batalla legal, Meta ha invertido masivamente en sus propios esfuerzos para desarrollar modelos de IA de frontera. Este esfuerzo ha incluido la «caza furtiva» de varios de los principales investigadores de OpenAI, como Shengjia Zhao, co-creador de ChatGPT, que ahora dirige la investigación en Meta Superintelligence Labs.
Análisis: una guerra de desgaste en múltiples frentes
Esta maniobra legal es mucho más que una simple solicitud de documentos; es una ventana a la feroz guerra que se libra en la cima del sector tecnológico. OpenAI, al poner el foco en Meta, no solo se defiende en la demanda de Musk, sino que también busca obtener una ventaja estratégica sobre uno de sus mayores rivales.
Cuestiones a tener en cuenta
- Inteligencia Competitiva: Forzar la entrega de comunicaciones internas de Meta podría revelar información valiosa sobre su estrategia de IA, sus debilidades y cómo perciben a OpenAI.
- Guerra por el Talento: La lucha por los mejores investigadores es encarnizada. Este movimiento legal puede ser también una forma de presionar a un competidor que ha estado contratando activamente a su personal clave.
- Estrategia de «Tierra Quemada»: Al involucrar a Meta, OpenAI complica el panorama legal y aumenta los costes y la presión sobre Musk, obligándolo a él y a sus posibles aliados a defenderse en un frente más amplio. Es una táctica de desgaste en una batalla donde no solo está en juego el dinero, sino el futuro de la inteligencia artificial.