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La inversión en IA se concentra en Norteamérica pese a las políticas actuales

A pesar de lo que algunos expertos han calificado como un entorno cada vez más hostil para la I+D en inteligencia artificial, Norteamérica continúa recibiendo la mayor parte de la inversión de capital riesgo en este sector, según datos de la plataforma de seguimiento de inversiones Pitchbook.

Entre febrero y mayo de este año, los fondos de capital riesgo invirtieron 69.700 millones de dólares en startups de IA y aprendizaje automático con sede en Norteamérica, distribuidos en 1.528 acuerdos. Esta cifra contrasta drásticamente con los 6.400 millones de dólares que las empresas europeas de IA recibieron en 742 acuerdos durante el mismo período. A las startups con sede en Asia les fue aún peor, atrayendo solo 3.000 millones de dólares en 515 acuerdos.

Bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos ha reducido drásticamente los fondos para subvenciones científicas relacionadas con la investigación básica en IA, ha dificultado que estudiantes extranjeros especializados en la materia estudien en el país y ha amenazado con desmantelar laboratorios universitarios de IA mediante la congelación de fondos federales. Paralelamente, las políticas comerciales de la administración han generado un mercado caótico, desfavorable para las startups de alto riesgo.

El descontento en la comunidad científica se ha hecho visible. En una publicación en X en marzo, el pionero de la IA Geoffrey Hinton pidió que el multimillonario Elon Musk fuera expulsado de la Royal Society británica «debido al gran daño que está haciendo a las instituciones científicas en Estados Unidos», en referencia a la participación de Musk en un grupo de reducción de costes de la administración Trump.

Se podría haber esperado que Europa, que se ha comprometido a convertirse en un líder mundial en IA, atrajera más capital riesgo ante las controvertidas políticas estadounidenses. La Unión Europea ha destinado cientos de miles de millones de euros para apoyar el desarrollo de la IA y ya cuenta con startups de éxito como Mistral, H y Aleph Alpha. Sin embargo, ese esperado cambio en la inversión global no se ha producido.

Lo mismo ocurre con China, que ha generado startups de IA de alto perfil como Deepseek y Butterfly Effect, pero donde la actividad de capital riesgo en la región asiática sigue siendo relativamente baja, en parte debido a los controles de exportación que afectan al acceso a chips de IA.

Los datos globales confirman la tendencia. En 2024, las startups norteamericanas obtuvieron el 75,6% de toda la financiación de capital riesgo para IA (106.240 millones de dólares). Este año, esa cuota ha aumentado hasta el 86,2% (79.740 millones de dólares en lo que va de 2025).

El panorama es sorprendente: incluso en medio de crecientes vientos en contra a nivel político y regulatorio, Estados Unidos sigue siendo el centro indiscutible del capital para la inteligencia artificial. Los inversores, a pesar de la imprevisibilidad, siguen apostando por la innovación estadounidense para obtener los mayores rendimientos.

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