Fundadores e Inversores
En medio de las afirmaciones sobre la inteligencia artificial que nos rodean hoy en día, ¿qué podemos decir con confianza en este momento tan temprano? El primer paso es elegir el marco correcto. Este proviene de Joseph Schumpeter, el pionero de la economía del emprendimiento, quien escribió en 1942: “La innovación es la introducción en el mercado de una novedad técnica u organizativa, no solo su invención”.
Es decir, podemos enmarcar el conjunto de invenciones que llamamos «IA» como algo distinto de las innovaciones que resultan de su introducción en el mercado como productos comerciales. Hoy, la IA es ese motor de destrucción creativa, moviéndose desde la invención hacia la innovación, siguiendo el patrón de las transformaciones empresariales clásicas.
Conceptos Clave de Schumpeter
Invención vs. Innovación: La invención consiste en crear nuevas capacidades (ej. un nuevo algoritmo de IA). La innovación, en cambio, convierte esas capacidades en valor tangible y comercial (ej. un software que usa ese algoritmo para ahorrar costes a los clientes).
Destrucción Creativa: Es el proceso mediante el cual las nuevas innovaciones destruyen prácticas y modelos de negocio establecidos desde hace tiempo. Schumpeter lo consideraba una fuerza impulsora del crecimiento en una economía capitalista.
Ejemplos históricos: del motor de vapor a Apple
La historia ofrece ejemplos claros de esta distinción. El motor de vapor fue una invención, y el barco de vapor fue una innovación, ya que utilizó ese motor para abrir vías fluviales y transformar el comercio. El motor de combustión interna fue la invención; la línea de montaje del Model T fue la innovación. Simplificando mucho, Steve Wozniak, que creó el hardware original del PC de Apple, fue el inventor; Steve Jobs, que creó un producto de mercado masivo a través del diseño, el marketing y la distribución, fue el innovador.
Ahora mismo, la IA es la invención. El CEO de Google, Sundar Pichai, la ha equipado con el fuego y la electricidad. La pregunta es dónde podemos ponerla a trabajar para resolver un problema con valor económico.
Caso de estudio: Netstock y la innovación en la práctica
Un ejemplo reciente de cómo convertir invenciones de IA en servicios innovadores proviene de la cartera de Strattam Capital. Netstock proporciona software de planificación de la cadena de suministro. Las empresas lo utilizan para prever la demanda, evitar roturas de stock y reducir el exceso de inventario. El reto para los clientes es que realizar un análisis de inventario requiere una formación significativa.
Netstock aplicó la IA para ampliar el conjunto de usuarios más allá de los expertos. Creó una experiencia de IA conversacional, el Netstock Opportunity Engine, que hace recomendaciones específicas al usuario en lenguaje natural, como: «Has pedido demasiado del artículo #7971, deberías cancelar ese pedido y ahorrar 7.800 $».
825,000+
«Oportunidades» de optimización entregadas a los clientes desde el lanzamiento de la herramienta.
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Recientemente, Netstock presentó su nuevo AI Pack, capacidades adicionales de IA por las que ahora está cobrando, generando ingresos incrementales y completando así el ciclo de la invención a la innovación.
Perspectivas del mercado: ¿por qué no se ve el dinero de la IA?
El marco de invención vs. innovación también ayuda a explicar la amplia gama de opiniones sobre la IA. Muchos escriben sobre la IA como invención, como Mustafa Suleyman en su libro «The Coming Wave». En contraste, la economía de las startups ha producido alguna cobertura de la IA como innovación, como en un ensayo de Elliot Greenwald de Sierra Ventures.
Pero la IA como innovación aún no ha llegado como el evento principal en el capital privado (private equity), donde el capital valora modelos de negocio probados. He preguntado a cada banquero tecnológico que he conocido en los últimos meses: «¿Has visto a alguien en private equity ganar dinero con la IA ya?» Sin excepción, la respuesta es «No».
Un banquero dijo: «La IA ni siquiera está en nuestra matriz de valoración, porque no aparece en la cuenta de resultados».
Esto sugiere que la introducción de la IA en el mercado —la innovación— está todavía en una fase tan temprana que los mercados de capitales no la ven reflejada en los estados financieros de forma amplia o consistente.
Análisis: el momento del emprendedor
Así que, aquí es donde nos encontramos. La IA es, sin duda, la mayor invención del momento. Para aquellos que lideramos, invertimos o desarrollamos negocios, la oportunidad actual es traducir esa invención en innovación. El hecho de que la IA no esté «lista para el prime time con nuestros clientes» no es el problema; es la oportunidad.
Un emprendedor no es alguien que funda una empresa o consigue financiación ángel. Es alguien que pone una invención a trabajar para producir un resultado de mercado. O, como escribe Schumpeter: «La función de los emprendedores es reformar o revolucionar el patrón de producción explotando una invención». Si has puesto la IA a trabajar en alguna actividad que marque una diferencia en tus ingresos o flujo de caja, entonces perteneces a ese grupo que Schumpeter tanto admiraba. En otras palabras, enhorabuena: eres un emprendedor.
¿Quién fue Joseph Schumpeter?
Joseph Schumpeter (1883-1950) fue un economista austriaco considerado uno de los pensadores económicos más influyentes del siglo XX. Su trabajo se centró en los ciclos económicos y el papel del emprendimiento en el crecimiento. Es mundialmente conocido por su teoría de la «destrucción creativa», que describe cómo el capitalismo evoluciona y se fortalece a través de un proceso constante en el que las nuevas innovaciones (como la IA hoy) destruyen industrias y modelos de negocio obsoletos, abriendo paso a nuevas formas de prosperidad.