¿Qué productos y servicios se beneficiarán más de los últimos avences en inteligencia artificial? Todos siguen de cerca la cuestión y existe curiosidad por saber si las nuevas empresas podrán aprovechar mejor las mejoras de la IA o si las plataformas en la nube son las mejor posicionadas. O tal vez si serán las empresas las que construyen ellos mismos modelos de IA generativa.
A pesar de todas las consideraciones falta un tipo clave de software en la discusión: el sistema operativo.
Recientemente, Microsoft anunció una serie de nuevos productos y características, que incluyen el copiloto de Microsoft para Windows 11. Llamándolo un “compañero de IA cotidiano” que estará incluido en Windows y otros productos de Microsoft, la compañía dice que el producto es una extensión de esfuerzos anteriores para llevar las primeras herramientas de IA de Bing para Windows. Es la primera actualización de un sistema operativo que causa entusiasmo en mucho tiempo.
Puede formularse la pregunta respecto a cuánto ha cambiado realmente la experiencia informática de Windows 10 a Windows 11, o de la última versión de macOS usada a lo que sea que cualquier usuario esté usando ahora. La misma pregunta funciona para iOS y otros sistemas operativos de uso diario. La respuesta es similar para todos: no mucho. A menos que el usuario utilice alguna variante de Linux, claro.
Esto se debe a que los sistemas operativos se han convertido en capas informáticas dóciles que en su mayoría sirven como base para ejecutar otras aplicaciones. No importa mucho qué sistema operativo se usa, porque usamos el mismo navegador web, por ejemplo, en todos ellos. Realmente no se necesita saber mucho sobre el sistema operativo que ejecuta el navegador en ese momento en particular; Solo necesita usar aplicaciones web.
Este feliz estancamiento no es malo, claro. El hecho de que iOS todavía te muestre una cuadrícula de aplicaciones cuando lo inicias se debe a que es una forma sencilla e intuitiva de mostrarle al usuario su conjunto de aplicaciones. Microsoft invierte de manera similar en el menú Inicio, que ha funcionado bastante bien desde hace décadas. Y las distintas versiones de Android tienen sus propias versiones del menú de aplicaciones.
Para las aplicaciones que utilizamos hoy, nuestros sistemas operativos móviles y de escritorio se sienten sólidos, ordenados y, en comparación con períodos anteriores, bastante seguros. Y en su mayoría son gratuitos si el hardware es nuevo. Es una fórmula ganadora para los consumidores que obtienen mucho provecho de su inversión implícita.
De manera similar a cómo parece que los teléfonos inteligentes modernos han sido «descubiertos» y ahora solo se mejoran gradualmente, durante algún tiempo se ha sentido que las principales compañías de sistemas operativos han estado trabajando para pulir y perfeccionar, en lugar de reinventar. Dado que los consumidores parecen bastante satisfechos, hasta ahora todo ha ido bien.
La nueva tecnología de IA podría alterar el status quo, y la adición de IA por parte de Microsoft a nivel del sistema operativo podría ser un gran paso en esa dirección.
La trampa del asistente de voz
Cuando Microsoft comenzó a alejarse de Cortana, produjo cierto desánimo. Siri de Apple y el propio conjunto de asistentes de voz de Google tenían puntos ciegos, por lo que si un competidor potencial se quedaba atrás significaba que habría menos presión sobre los productos rivales para mejorar. Dado el uso crónico de iOS de muchos usuarios y la inclinación de los mismos por enviar una gran cantidad de mensajes de texto transcritos por Siri ligeramente confusos, durante mucho tiempo se ha esperado poder hacer más cosas hablando con los dispositivos.
La pregunta que se plantea ahora es qué tan bueno será Microsoft Copilot y cómo será usarlo todos los días.
No es que trabajar en Windows sea muy diferente a hacerlo en Mac OS; es solo que Tendemos a usar diferentes tipos de equipos para temas profesionales y personales. Con esta noticia se genera una interesante curiosidad del impacto de la IA en el aspecto personal.
La posibilidad de contar con un asistente digital generativo impulsado por IA que pueda ejecutar tareas por mí a nivel del sistema operativo es increíblemente emocionante.
Un problema con el uso de IA dentro de una aplicación o servicio en particular es que su inteligencia a menudo se limita a los datos que la aplicación en cuestión tiene de mí o de mi empresa, y el alcance del programa en sí. Es posible que un CRM tenga algunas capacidades de IA realmente interesantes, pero eso no ayudará fuera de ese ámbito. Cuando llevamos la IA a la capa del sistema operativo, tiene el potencial de abarcar muchas, si no todas, otras aplicaciones y servicios, creando la posibilidad de algo más poderoso y amplio.
Solo un sistema operativo inteligente puede encadenar tareas complejas entre aplicaciones de diferentes compañías; creo que nada más tendrá los permisos necesarios. Y ahora que nos estamos acercando a esa realidad (es de esperar que todos los proveedores de sistemas operativos sigan caminos similares a los de Microsoft), nos alejamos de la IA como solución puntual y avanzando hacia la IA para su uso diario.
Y viendo que la tecnología de IA generativa mejora rápidamente, es posible que estemos entrando en una era en la que los sistemas operativos se sientan y funcionen de manera diferente con el tiempo, y sus actualizaciones podrían traer más que solo parches de seguridad. ¿Interesante, verdad?
Sí, pero también hay algunas desventajas a considerar.
Cómo lo pagaremos
¿Recuerdamos Windows Vista? ¿La versión que usamos? ¿Fue Windows Vista Starter, Home Premium, Home Basic o Ultimate? ¿La empresa usó Vista Business o Vista Enterprise? Supongo que la mayoría tenía una de las versiones Home, pero, es un disparo a ciegas.
Todas esas versiones diferentes de Vista ofrecían características diferentes y se vendían a diferentes precios. Se podía haber gastado bastante dinero en Vista: aparentemente hasta $ 399,99 para la versión Ultimate. ¿Imaginamos pagar esa cantidad hoy por una actualización del sistema operativo? Dificilmente. A menos que estemos en la dirección de una empresa, claro.
Dado que la mayoría de nosotros adquirimos un sistema operativo cuando compramos una computador nuevo, no pensamos mucho en su valor minorista. Es más, no pensamos en lo bueno que es realmente el coste incluido. Por ejemplo, al comprar un computador con Windows 11, desde el primer momento se va bajo su criterio. Nunca se piensa en la versión actual, la necesidad de actualizarla o el coste.
Al menos dos de esas cosas van a cambiar en la era AI-OS. La versión actual del sistema operativo será más importante, ya que se puede anticipar que la IA dentro de la capa del sistema operativo mejorará rápidamente, lo que significa que querrá actualizar con más frecuencia. Y es posible que eso tenga un coste.
No es barato ejecutar modelos de IA generativa y, si bien esos costes disminuirán con el tiempo, si se va a interactuar docenas de veces al día con Windows Copilot, como parece esperar Microsoft, el mundo generará miles de millones de llamadas de IA generativa cada día. Quizás parte de ese trabajo informático se lleve al límite, pero dudo que todo sea así. Eso generaría un enorme coste de computación central asociado con los asistentes digitales de IA generativa a nivel de sistema operativo, y ese coste deberá pagarse de alguna manera.
Quizás es por eso que Microsoft está trabajando para generar más anuncios en Windows; Necesitará un flujo de ingresos recurrente de los usuarios de Windows para pagar sus costes de IA.
La compañía también podría limitar Microsoft Copilot a los suscriptores de Microsoft 365, pero eso significaría que la mayoría de la gente no podrá usarlo. (Había 67 millones de suscriptores de consumidores de Microsoft 365, según el último informe de beneficios de la compañía; en contraste, hay alrededor de 1.400 millones de usuarios mensuales de Windows 10 y 11). No, Copilot tendrá que ser increíblemente barato si va a ser utilizado por la mayoría de la gente. Esto podría requerir aún más territorio en un sistema operativo para anuncios, que es fácil suponer que serán odiados por todos.
Aun así, la disposición de ciertos usuarios como el mío a pagar por servicios digitales es mayor que la de la media, por lo que no quiero que mis prejuicios personales empañen la visión del mercado. La forma en que las empresas respondan a esta pregunta sobre los costes podría repartirse el mercado de sistemas operativos de una manera interesante y competitiva.
Así que ni siquiera las malas noticias son tan malas. Y la buena noticia es que, si bien la IA es interesante cuando se usa dentro de aplicaciones, vemos los primeros pasos para traer algo verdaderamente nuevo y poderoso a la capa del sistema operativo. Ya era el momento: poder hablar con nuestros computadores para hacer más cosas y más rápido.
